tac, parte 6, reloaded



tomografía axial computarizada más marcación. tenía turno a las siete de la mañana, llegamos siete menos cuarto, o antes. miércoles siete de julio. de haber jugado al siete seguro que salía el nueve. una sola vez jugué y una sola vez gané, pero ese es otro tema. en "recepción   (concaradeculoporquemetengoquelevantartempranoparalidiarcongenteenfermatodoslosputosdías)" me dijeron que me dirija al lado, léase, una puerta más a la izquierda, sí, tuve que pensar hacia donde me dijo que vaya. sonaba en la sala de espera never let me down again de depeche mode y agradecí en silencio a pettinato el haber pasado ese tema a las siete y siete de la mañana. esperábamos que llegue padre que fue a estacionar el auto mientras se asoma un tipo desde la sala diciendo fére, ya estoy con vos. miré a madre y me devolvió la mirada de no busques roña. el de seguridad estaba en la puerta y le hizo señas a madre para que abra la puerta porque se abre de adentro y llegaba padre. mientras yo veía el techo y me quería ir. fére, pasá. lo primero que ví fue el tomógrafo, no sé por qué, pero estaba inclinado como el del sanatorio. me preguntó si ya me había hecho tomografías anteriores y le dije que sí, acá están, me dijeron que las traiga. le dí las imágenes de la primera y de la última y me preguntó qué hice en el medio (?), quimio, le dije. seis sesiones desde enero a abril, antes del tratamiento me hicieron una biopsia y después de la última sesión de quimio me hicieron otra. creo que se perdió en el camino. me dijo quedate en remerita, está prendido el aire acondicionado así la máscara se enfría más rápido (?). yo no sabía de qué me estaba hablando, mi cara se lo habrá dicho y me contó que lo de hoy era tomografía y marcación, que esta red se moja con agua tibia, la pongo sobre tu cara y toma la forma, a medida que se enfría se va moldeando. recostate boca arriba, poné las manos abajo de la cola, vos quieta, relajada. ¿cómo prodría relajarme en una bandeja fría con cinco tornillos al rededor de mi cabeza sabiendo que me iban a poner una red en la  cara que se enfría con el aire acondicionado mientras se moldea?. dicho y hecho, no me relajé, por instinto cerré los ojos (cuando algo me da miedo cierro los ojos) y de repente, la red. no me podía mover, sentía que no podía respirar, pero sí podía, era la sensación de ahogo y de claustrofobia de siempre que tengo miedo. mientras intentaba no pensar, cosa imposible en esos casos, sentía que se me dormían las manos, que sebastián (así se llama el técnico) estiraba la red a la altura de mi nariz, pellizcándome sin intenciones de hacerlo y monologando ya que mis respuestas eran sólamente sonidos que intentaban salir de mi boca sellada con la red que cada vez estaba más fría. ya sabés el procedimiento, te voy a tomar varias imágenes, cualquier cosa me decís (¿qué le iba a decir?) creo que a  ningún escritor de película de terror se le ocurrió una escena en un tomógrafo con alguien con la cabeza tapada por una red que apenas te deja respirar por el miedo a moverte y no arruinar las cosas. de repente, lo peor, ganas de estornudar y toser y tragar. era imposible, tragué y creo que por eso me hizo varias imágenes más. habrán sido diez minutos, no más, pero sentí que estuve ahí tres horas. apenas podía abrir un ojo y respirar por la boca cuando me dijo que ya estaba, que para la próxima tenía que volver a usar esa máscara para estar siempre en la misma posición. antes tengo que marcar dónde va. sentí olor a fibra indeleble, a tinta, sentí cómo abría una aguja, sentí el olor a alcohol y sus manos pasándome un algodón por debajo de la patilla y delante de la oreja. vas a sentir un pinchazo, mientras me sacaba la máscara de la cara y la apoyaba no sé dónde. no me pinchó una vez, me pinchó tres, me limpió con alcohol y me dijo ahora mirá para acá, sin alcohol volvió a marcarme, esta vez del lado derecho. me sentí mareada, tenía ganas de llorar y no sabía por qué. esa madrugada había dormido poco, en parte por la ansiedad y otra parte por el dolor de ovarios que tuve antes de indisponerme a las tres de la madrugada. dormí poco, tenía ganas de llorar. guardé todo en la carpeta, en la mochila, saludé y me fui. madre y padre estaban hablando con un matrimonio mayor, más ganas de llorar. tengo que volver el martes para la simulación parte dos. ¿acá? preguntó padre, sí, acá. al mediodía, el martes, le dije, mientras sebastián le decía al matrimonio ya estoy con ustedes. nos fuimos, madre, padre, mis tatuajes y yo.